Hasta hace poco tiempo se consideraba normal en un gato el vomitar a menudo, sobre todo si expulsaban bolas de pelo. Como animales extremadamente limpios que son, pasan muchas horas al día dedicados a su aseo personal, gran parte del cual consiste en lamerse todo el cuerpo. En este proceso tragan una gran cantidad de pelo, el cual acaba formando bolas en el tracto digestivo que acaban vomitándose.
Lo cierto es que aunque es normal que de vez en cuando expulsen así pelo ingerido, si esto ocurre con demasiada frecuencia podría existir algún tipo de patología que necesitaría ser tratada por el veterinario. Algunos gatos pueden llegar a vomitar casi a diario, lo cual no es ni normal ni tampoco saludable ya junto al pelo también se expulsan jugos estomacales ácidos que irritan el esófago y la garganta y que pueden incluso perjudicar la dentadura.
Causas de vomitar demasiadas bolas de pelo
Aunque habría que analizar cada caso concreto y de ningún modo se pretende hacer aquí un diagnóstico, vomitar con mucha frecuencia es un signo de que el gato quizás esté lamiéndose en exceso. Y si hace esto las causas pueden ser físicas o psicológicas.
Entre las causas físicas están los problemas relacionados con la piel. Un gato con la piel irritada siente picor y su mejor arma para combatirlo es su propia lengua. La piel puede estar dañada debido a problemas de alergia o también a la intervención de algún parásito como las pulgas, que hagan que el animal se sienta incómodo y se rasque causándose heridas que le escuecen.
El estrés es la causa psicológica más habitual por la que el gato se puede lamer de forma compulsiva, aunque no es ni mucho menos la única. Entre las muchas reacciones que el minino tiene ante una situación que le sobrepasa está la de adoptar conductas obsesivas y repetitivas entre las que se encuentran el aseo continuado.
Consecuencias de este problema
Si no se le pone remedio al problema, el gato puede acabar sufriendo problemas de estómago debido a las irritaciones internas causadas por los jugos gástricos. Esto puede causar trastornos digestivos e incluso pérdida de peso. Además, un exceso de pelo en el tracto digestivo puede ser motivo de una oclusión intestinal, un problema que no es frecuente, pero que puede darse y que es realmente serio ya que de no ser operado el animal a tiempo puede morir en pocos días.
No es intención dramatizar ni preocupar en exceso a los dueños de gatos, pero si advertir que no es tan normal como se cree que el gato vomite a menudo y que si esto ocurre siempre se debe de consultar con el veterinario de confianza al que acudimos normalmente.