Posiblemente, si no vives en Sudamérica o en América Central no sepas de qué animal te estoy hablando. El kinkajou curioso mamífero al que en muchos sitios se conoce como mono michi o mono nocturno debido a su aspecto físico. Sin embargo, en otros lugares recibe el apelativo de perro de monte. Lo cierto es que no está emparentado ni con los monos ni con los perros, sino que el kinkajou pertenece a la familia de los prociónidos, es decir, es un pariente cercano del mapache.
Uno de los motivos por los que se le ha confundido con un mono a lo largo de los siglos es porque el kinkajou suele vivir en las copas de los árboles y se desplaza por las ramas gracias a la ayuda de su cola prensil. Se trata de un animal que criado en cautividad es muy sociable y amistoso con las personas, por lo que se ha utilizado como mascota en algunos de los países en los que vive.
Una alternativa a los monos
Dado que en España es ilegal tener simios como animales de compañía y no se permite su comercio, los kinkajou están comenzando a comercializarse con una alternativa para las personas a las que les gustaban los pequeños primates. Sin embargo hay que tener claro que, como ya hemos dicho, no son monos y por tanto no tienen su mismo carácter ni tampoco sus mismos cuidados.
Es un animal de hábitos nocturnos y de carácter muy inquieto. Aunque al igual que ocurre con los gatos puede llegar a acostumbrarse a dormir durante la noche, en muchos casos no sucede así. Necesita contar con un gran espacio y no es adecuado tenerlo en una jaula todo el día. Si se deja suelto jugará con todo lo que se encuentre y aunque son cariñosos y dóciles pueden ser algo complicados de educar.
Lo ideal para tener estos animales es vivir en un piso grande o mejor aún en una casa, donde puedan contar con una jaula de gran tamaño con ramas para trepar y huecos para esconderse. En su defecto algunas personas usan torres para gatos.
Aspectos a tener en cuenta antes de tener un kinkajou
No es un animal barato, normalmente se importan desde Brasil y su precio puede variar entre los mil y los dos mil euros. Al ser una mascota tan exótica antes de guiarnos por su simpático aspecto y dejar que este sea el motivo que nos impulse a comprarla, deberíamos de informarnos bien sobre los cuidados que necesitan y sobre todo, si tenemos cerca un veterinario que pueda hacerse cargo del kinkajou con verdadero conocimiento de causa.