Uno de los grandes temores que sufrimos los que tenemos mascotas es la posibilidad de que se pierdan y no los encontremos en la zona. En el caso de los perros y gatos, las probabilidades aumentan, el primero porque sale a la calle con nuestro permiso y el segundo porque pudiera salir a pasear sin permiso ninguno.
Por fortuna, la ley obliga a los propietarios de perros a identificar a nuestros peludos mediante el chip y que puede ser fundamental para poder localizarle si se pierde. El chip es un emisor asociado a un número que se registra con los datos del propietario en el Registro de animales de la Comunidad en la que estás empadronado.
Esta información es la que el Registro proporcionará al veterinario o Centro de Recogida que haya encontrado a tu perro, por eso es primordial que actualicemos estos datos si nos mudamos o cambiamos de número de teléfono, cosa que suele quedarse en el olvido.
Notificarlo sin pérdida de tiempo
Si nuestro perro se pierde, aparte de las batidas por los barrios de la zona (si puede ser ayudados por amigos, vecinos o familiares), lo primero que hay que hacer es comprobar en el Registro que tienen todos nuestros datos correctos, para ello se llamará al teléfono que aparece en el resguardo del chip.
También se deberá contactar con la Policía Local para que si ven a un perro de esas características puedan avisarnos. Es fundamental la rapidez de actuación, ya que un perro asustado puede recorrer grandes distancias. Por eso es importante avisar a los veterinarios de la zona y a los Centros de Recogida tanto del municipio donde vivirmos como de los alrededores, ya que si lo encuentra una persona puede llevarlo allí.
Distribuir carteles en tiendas o tablones informativos
Si seguimos sin encontrarlo por la zona, los carteles informativos son otra de las grandes ayudas. En ellos debe figurar una foto actual, la fecha en la que se ha perdido, nuestros datos de contacto y una breve descripción de nuestro perro, como el nombre y si tiene alguna seña especial, como manchas u otros detalles.
Hay que tener en cuenta de que hay personas que desconocen que los perros llevan chip, o que el chip puede fallar o no ser detectado por el lector, por lo que es aconsejable distribuir los carteles también por barrios alejados por si hubiera sido recogido por alguien particular.