Durante la época de cría es muy fácil encontrar algún polluelo perdido de sus padres. Las causas pueden ser varias. Si es un pollo nidícola (gorrión, golondrina, etc.) lo más probable es que se haya caído del nido, mientras que si es un pollo nidífugo (patos, perdices, etc.) puede haberse despistado del resto de la nidada en sus recorridos.
Sea como fuere, debemos tener claro que el pequeño polluelo huérfano es un ave salvaje que debe ser devuelta a la naturaleza, si es posible, tras su recuperación. Si disponemos cerca un Centro de Recogida de Fauna Salvaje, lo mejor es llevarlo lo antes posible al centro para que pueda recibir los cuidados necesarios y estar con otros congéneres.
Si no es posible llevarlo a ningún centro de inmediato y le vamos a acoger nosotros, lo primero es proporcionarle calor. Un polluelo huérfano suele sufrir estrés, miedo, falta de calor y deshidratación, por lo que es fundamental elevarle la tamperatura, bien con una mantita o, como emergencia, cobijándolo con nuestro calor corporal.
Identificar la especie para saber con qué alimentarlos
Alimentar a un polluelo nidífugo es bastante fácil, pues bastará con esparcir las semillas por el suelo para que las picotee. Pero los polluelos nidícolas precisarán que se les alimente con un preparado que puedan digerir. Dependiendo de la edad del polluelo huérfano y de si es insectívoro o granívoro, habrá que utilizar distintas mezclas. En este enlace podéis encontrar más información.
Los polluelos nidífugos son capaces de abandonar el nido a las pocas horas de vida y seguir a sus padres allá donde vayan. Sin embargo, los polluelos nidícolas son totalmente dependientes de sus padres durante unas cuatro semanas. Por eso son los más difíciles de criar y de conseguir que se desenvuelvan en libertad.
Evitar que crean que somos su familia
El mayor obstáculo para la posterior suelta de un polluelo huérfano es haber conseguido que se impronte con los rasgos de su propia especie. Las aves aprenden por imitación, y para llevar una vida en libertad deberá aprender cómo se comporta el resto de congéneres. Por ello es muy importante que puedan convivir con otras aves de su misma especie.
En los centros de recuperación hay más posibilidades de que los pequeños polluelos huérfanos puedan formar parte de una nidada mayor, pero si no pueden interrelacionarse más que con humanos, hay que procurar estar con ellos lo menos posible y que siempre que vayamos a alimentarlos o limpiarlos puedan asociarnos a sonidos de los adultos.