Últimamente parece haber una mayor concienciación sobre un hecho que, hasta hace poco tiempo, parecía totalmente normal en muchos pueblos: el perro atados de manera permanente.
El perro como sistema de alarma o sistema disuasorio para ladrones era y por desgracia continúa siendo, algo habitual en fábricas o en obras. Se ataba a un animal de gran tamaño de una cadena que le permitía moverse lo justo para controlar la puerta y se le dejaba así durante todo el día y también durante toda la noche.
En muchos casos, el animal se pasa toda la vida atado a la cadena, sin visitar jamás a un veterinario, comiendo sobras y aguantando el sol, la lluvia y lo que tenga que venir. Sucio, con pulgas y desnutrido.
Además de ser de una crueldad extrema, esto puede ser muy peligroso. Estos perros no reciben jamás una caricia, como muchos golpes si ladran sin motivo o si molestan. Algunos se vuelven muy asustadizos, temen a todo el mundo, pero otros desarrollan agresividad debido a estos tratos.
Si el perro se suelta accidentalmente, podría atacar a cualquier animal o persona con la que se cruce debido a toda esa rabia acumulada, a la falta de socialización y a la energía que no se le ha permitido quemar jamás.
Perros en casas como vigilantes
En muchas casas era habitual tener al perro atado con una cadena en la puerta, con una caseta en la que podía refugiarse y con su comida. Estaba atado allí durante parte del día y otra parte se soltaba para que pudiera correr y hacer ejercicio. Pero incluso esto es perjudicial para el animal. Lo correcto es tener una perrera de un tamaño adecuado para que el animal pueda moverse con total libertad y no estar atado en un espacio pequeño y restringido.
Pero además, muchas personas tienen a su perro en una finca para que la vigile y proteja y no acuden más que una vez a la semana a dejar comida y agua fresca. El animal está solo, sin el cariño y la atención de las personas lo que es también cruel para él y muy perjudicial para su comportamiento. Incluso estando suelto, es malo para el animal vivir de este modo.
Los animales son seres vivos que no pueden ser tratados como un sistema de alarma exclusivamente. Tienen necesidades que hay que atender y necesitan libertad y también el cariño de las personas.