Una de las alternativas a los perros, gatos y pájaros que más está proliferando como mascotas son los reptiles. Arácnidos y serpientes están convirtiéndose en los elegidos para compartir muchos de los hogares. Entre las serpientes, las más solicitadas son las constrictor.
Tanto las boas como las pitones son serpientes constrictoras no venenosas. La gran diferencia que hay entre ellas es que las boas no tienen colmillos mientras que las pitones disponen de dientes en la parte frontal de la mandíbula inferior. Además, las boas son vivíparas y las pitones ovíparas, pudiendo poner entre 15 y 100 huevos.
Las pitones, como todas las constrictor, son socializables si mantenemos con ellas un contacto diario desde que son pequeñas. Hay que habituarlas a que nos reconozcan mientras aún tienen un tamaño con el que podremos lidiar si nos intenta atacar. A partir de los 5 metros se hará muy complicado poder zafarnos de su presa.
Longevas y de grandes dimensiones
Una pitón puede llegar a vivir 35 años y medir hasta 10 metros de longitud, así que si estamos pensando en tener una debemos plantearnos que formará parte de nuestras vidas durante muchísimo tiempo y que tendremos que proporcionarle el espacio adecuado a sus dimensiones. En el terrario sería buena idea instalar una zona con ramas, pues a las pitones les gusta encaramarse a ellas.
Como con el resto de serpientes, no se formará un lazo afectivo entre nuestra pitón y nosotros que le impida atacarnos si se siente amenazada. Para evitar que esto pase hay que ir acostumbrando a la pitón a nuestra presencia y manipulación desde el primer día. Si somos perseverantes, nuestra pitón no sentirá que somos una amenaza y aceptará de buen grado nuestras caricias.
La humedad es su punto débil
Para mantener a una pitón en buenas condiciones es muy importante controlar el grado de humedad de su ambiente. Recordemos que este tipo de serpientes viven en zonas de selva, donde la humedad es muy alta. Si nuestra pitón no recibe la suficiente humedad tendrá dificultades al realizar la muda, pues su piel perderá elasticidad. Lo habitual para recrear su hábitat será proporcionarle un 80% de humedad.
Para conseguir que no se deshidrate tendremos que pulverizar su terrario con agua y poner a su disposición una bañera en la que se pueda meter siempre que quiera, bastará con un par de dedos de agua. Con estos cuidados nuestra pitón estará contenta y se sentirá más dispuesta a dejarse tocar.