Las mascotas mueven mucho dinero y hay muchas personas dispuestas a gastarse lo que haga falta para darles la mejor vida a sus animales. Esto incluye la comida, las visitas al veterinario, sus juguetes y sus camas, pero también otro tipo de servicios cada vez más demandados.
En realidad, no se trata de profesiones nuevas, sino que llevan ya tiempo entre nosotros, pero ahora están despuntando y se están especializando mucho más. Por ejemplo, antes cualquier chaval o chavala del barrio podía ganarse un dinerito extra sacándote a pasear al perro cuando tú no podías hacerlo, pero ahora eso se deja en manos de alguien experto que sepa qué necesidades tiene cada raza, como debe de pasearlo y que es capaz de educarlo para que vaya correctamente con la correa.
Las residencias de animales
Las residencias de animales son un buen ejemplo de esto que estamos hablando. Antes, una residencia de este tipo era algo pensado solo para gente con mucho poder económico. Ahora, mucha gente se plantea llevar a sus perros e incluso a sus gatos a una residencia de este tipo si tienen que hacer un viaje.
Saben que estarán muy bien atendidos, que podrán disfrutar de ciertas rutinas, comer la comida habitual y que si algo pasa, se harán cargo enseguida de su animal para que todo salga como es debido.
En algunas de estas residencias se dan además otros servicios, como alquiler de un espacio para ir a jugar con tu perro. Esto es algo importante cuando se vive en ciudad, ya que contar con un espacio amplio, pero a la vez cerrado y seguro en el que soltar al perro y poder dejarlo correr es muy importante.
Otros cuidados
La especialidad de auxiliar de clínica veterinaria es una más entre las opciones de la formación profesional. No todos los que estudian esto acaban trabajando en clínicas, sino que en muchos casos realizan otras tareas, como las de cuidadores de perros o gatos por horas.
Una especie de niñera o niñero que se queda con el animal en situaciones especiales, por ejemplo, cuando está enfermo y necesita de ciertos cuidados, como tomar unas medicinas o hay que ponerle inyecciones y el dueño no puede hacerse cargo por su horario laboral o porque no se siente capacitado para hacerlo. El hecho de que alguien capacitado venga a casa y lo haga, evita el traslado a la clínica veterinaria, que a veces es traumático para el animal.