Un perro es, para muchos, un miembro más de la familia. Pero antes de adoptar a uno de estos animales hay que tener en cuenta muchas consideraciones para no tomar una decisión que luego nos puede pesar o para tener previstos algunos pequeños problemas que pueden surgir en el día a día con estos animales. Por supuesto, no pretendemos desilusionar a nadie ni echar para atrás a quién quiere tener a un peludo en la familia, pero sí queremos que se adopten de forma muy responsable.
-No hacen sus cosas fuera desde el primer día: Los perros aprenden rápido a hacer sus necesidades en la calle pero, por poner una comparación que se puede entender fácilmente, es como quitar el pañal a los niños, unos son rápidos y en una semana van al baño solos y otros precisan de un poco más de tiempo. Tienes que hacerte a la idea de que tendrás que sacar a tu perro a la calle con mucha frecuencia mientras sea cachorro, su vejiga es pequeña y no aguantará mucho tiempo sin orinar.
-Hay que educarlos desde pequeños: Es común que al adoptar a un perro que es un cachorro nos apetezca mimarlo y consentirlo. Pero hay que tener en cuenta que las costumbres que el perro adquiera de pequeño querrá mantenerlas de adulto. Si le dejas que muerda tus manos jugando o tus tobillo, lo hará cuando cambie la dentadura, pudiendo hacer mucho daño y no entenderá que ahora eso ya no tiene gracia. Igualmente, si de pequeño lo dejas dormir contigo, no entenderá que al crecer ya no pueda hacerlo. Es mejor inculcarle buenos hábitos desde pequeño para evitar conflictos.
-Los perros adultos necesitan adaptación: Si adoptas a un perro adulto estarás dándole una gran oportunidad, pero tienes que entender que va a necesitar un periodo de adaptación. El perro puede tener un pasado complicado o incluso traer malos hábitos. Con paciencia y cariño os haréis el uno al otro, pero adoptar a un perro adulto no es sinónimo de tener todo el trabajo hecho.
-La apariencia no es lo más importante: Muchas personas adoptan a su perro porque es bonito, porque es de una raza que está de moda o porque es pequeño. Pero lo que de verdad hay que mirar es el carácter del animal. Por ejemplo, hay razas de perros grandes, como los galgos, que son fantásticos para estar en un piso y otras razas pequeñas, como los pinchers, que pueden ser un verdadero problema por su exceso de energía.