Todos hemos visto alguna vez gatos, perros, hurones o cualquier otra mascota totalmente blancos, con el hocico rosado y en ocasiones con las pupilas de los ojos totalmente rojas. Todos esos signos sumados dan la imagen aproximada de un animal albino. No es infrecuente encontrarlos como mascotas, y hoy vamos a hablar de sus características principales y de los diferentes problemas y necesidades que llevan aparejados las mascotas albinas.
El albinismo es una condición genética que compartimos con los animales. Implica una falta parcial o total de melanina en la piel, el pelo y lo ojos, lo que acarrea un hipersensibilidad a la luz y el calor del sol. Los animales albinos requieren, evidentemente, unos cuidados extra diferentes, pero nada impide que con esos pequeños cuidados tenga una vida perfectamente feliz.
La piel y la visión serán los aspectos más evidentemente afectados por el albinismo. Tiene otras implicaciones menos evidentes; por ejemplo, se ha constatado que muchas mascotas con los rasgos visibles de albinismo presentan también sordera, en algunos casos total. En algunas ocasiones, presentan complicaciones asociadas, como estrabismo y nistagmo (movimientos rápidos e involuntarios de los ojos) que, aunque no son graves, no tienen solución.
Los cuidados específicos de mascotas albinas son pocos, fáciles y dan grandes resultados
Aunque en estado natural es muy difícil (aunque no imposible) que una animal albino sobreviva, llegue a adulto y se reproduzca, las mascotas albinas solamente requieren un puñado de sencillas atenciones específicas. En realidad son mascotas sin mayores problemas, pues suplen sus problemas de visión y los asociados de oído desarrollando mucho otros sentidos, especialmente el tacto; las mascotas albinas podrán detectar fácilmente por las imperceptibles vibraciones movimientos en un amplio radio.
Conviene evitarles largas exposiciones solares; si no quedase más remedio, existen cremas solares específicas que pueden ayudarnos. Incluso hay gafas de sol específicamente diseñadas para perros en el mercado. Sus juguetes deberán ser vistosos y fáciles de localizar, e incluir sonidos (como un cascabel) si nuestro animal no es sordo. Hay quien recomienda esterilizarlos, pero personalmente el albinismo no me parece una razón de peso para hacerlo.
Así que si tu pálido compañero animal no te hace ni caso cuando lo llamas y no se asusta de los ruidos fuertes, tú tranquilo, seguramente tengas un albino en casa. Ya has visto que no requiere grandes cuidados (es más, mucha gente tiene mascotas albinas durante años sin saberlo), sólo una pequeña atención a mayores. Para compensar, dan un aire mucho más misterioso a cualquier vivienda…