Aunque los perros negros no tienen una mala fama tan mundialmente reconocida como los gatos, lo cierto es que también han llevado siempre el sanbenito de ser perros malditos, enviados del infierno y otras lindezas similares. Es cierto que nadie teme a un caniche de ese color, pero hay determinadas razas de gran tamaño en las que predomina el pelaje oscuro y que si han sido objeto de estas leyendas que tanto daño han hecho.
Cerbero, el guardián del infierno y otros perros mitológicos
Una de las primeras historias que conocemos sobre perros infernales es la de Cerbero, o como se le conoce popularmente Can Cerbero. Un perro de tres cabezas y cola de serpiente que según la mitología griega pertenecía a Hades, el dios del inframundo, y vigilaba su puerta. Aunque existen diferentes dibujos sobre este perro, predominan aquellos que lo han retratado en color negro y con ojos rojos. En ocasiones son una imagen similar a la de un dogo o un rottweiler.
En las diferentes mitologías europeas aparecen a menudo perros negros, de pelaje enmarañado y con ojos rojos que se aparecen en los cruces de caminos, lugares tradicionalmente asociados a los demonios. Algunos solo aparecían durante las tormentas y otros lo hacían en días señalados del año y algunos auguraban la muerte a quién los veía. La iglesia católica les dio forma a estas leyendas y asoció dichos canes a los demonios bíblicos, dándoles incluso la misión de ser mensajeros del infierno.
Leyendas españolas e hispanoamericanas
En España también existen leyendas referidas a perros negros con siniestras intenciones. Una de ellas situaba a uno de estos animales en el Escorial durante su construcción, tratando de impedir que se levantara un templo sobre un lugar considerado por los amantes de lo oculto como una puerta del infierno.
En algunos países de Sudamérica, existe la leyenda del Cadejo, o se podría decir de los cadejos, pues muchos creen que realmente son dos perros, uno negro maligno y asesino y otro blanco, portador de energía positiva.
Las leyendas son solo leyendas
El cine de terror ha perpetuado la imagen del perro negro como asesino o demoníaco y películas como “La Profecía” pusieron a estos animales en el ojo del huracán nuevamente. Sin embargo, no hay ninguna base real que nos diga que un perro es mejor o peor por el color de su pelo, del mismo modo que una persona no es más o menos bondadosa por ser rubia o morena.
Discriminar a un animal solo por su pelo es como hacerlo con las personas por el color de su piel, simple ignorancia que retrata a quién así piensa.