A lo largo de la historia, las ratas se han asociado a la suciedad y a diversas enfermedades, entre ellas la famosa peste europea. Por este motivo no son unos roedores que gocen de una gran aceptación entre los que buscan como mascota un roedor.
Sin embargo, las ratas son unos animales muy limpios que se acicalan continuamente para mantener su pelaje en perfectas condiciones. Esto les evita enfermedades y les proporciona una capa de impermeabilidad que les resguarda de la humedad y el frío.
Las ratas comunes han ido variando su pelaje con el tiempo y ahora se pueden encontrar ejemplares con gran variedad de tonos. Podemos adquirir ratas de color agoutí (el típico tono pardo) o decantarnos por cualquier otro patrón que haya en el mercado.
No todo vale para alimentarlas
Aunque estos roedores son omnívoros, eso no significa que se les pueda dar de todo sin causarles una intoxicación. Para mantener la buena salud de nuestras ratas hay que cuidar su alimentación igual que la de cualquier otro roedor. En las tiendas especializadas en mascotas podremos adquirir comida especial para ratas que les aportará todos los nutrientes necesarios.
La base ideal de la comida que debemos dar a nuestras ratas es una mezcla de cereales, fibra y verdura extrusionada. Además, debemos proporcionarles diariamente fruta y verdura frescas y proteínas como carne y pescado. La comida deberá estar a su disposición las 24 horas del día en pequeñas cantidades para que no se estropee.
Sociales y de fuertes mandíbulas
Las ratas son animales sociales, por lo que necesitan vivir en comunidad o, al menos, en pareja. Si no queremos que críen habremos de tener dos ratas del mismo sexo. Estos emparejamientos no supondrán la aparición de enfrentamientos entre ejemplares del mismo sexo, pues viven en colonias sin ningún problema.
A la hora de elegir el alojamiento y los elementos que se introducirán en él hay que tener presente que son unos roedores muy fuertes y que pueden roer el plástico y la madera sin ningún problema. Además, son excelentes trepadoras y saltadoras, así que hay que cuidar que no puedan salirse de un salto.
Elementos y espacio en su alojamiento
Un equipamiento básico incluiría bebederos y comederos de cerámica, cuerdas para trepar, un habitáculo donde se puedan esconder por el día y piedras minerales que roer para limar los dientes y evitar que crezcan demasiado.
En cuanto al espacio, habrá que delimitar una zona para aseo y otra para la comida ubicadas en extremos diferentes. La jaula deberá de tener unas grandes dimensiones para acoger a este roedor de gran tamaño y ser más alta que larga para poner plataformas o cuerdas para trepar.