Hasta febrero de este año las mascotas tenían en el Código Civil la categoría de cosas. Por eso, si alguien mataba a tu perro por simple diversión se consideraba un daño al patrimonio, igual que si te roban una bicicleta y te la destrozan.
Esta consideración hacía que las penas por maltrato a los animales no puedan ser mayores ya que son cosas y son propiedades.
La lucha de las asociaciones a favor de los derechos de los animales ha sido que se considere a los animales seres sintientes y por tanto, que se les otorgue una fuerte protección. Y que esta protección sea hacia todos los animales en general.
Para lograrlo, se recogieron miles de firmas en toda España y finalmente, estas firmas fueron llevadas al parlamento por el grupo Ciudadanos en una proposición no de ley que fue votada y aprobada por unanimidad, pero que no recogía la totalidad de las reivindicaciones. Eso sí, es un gran paso que puede abrir muchas puertas de cara al futuro como vamos a ver.
¿Qué significa este cambio en el Código Civil?
Este cambio en el Código Civil no es tan importante como desearían la mayoría de las asociaciones protectoras de animales y los colectivos animalistas. En primer lugar, porque habla tan solo de las mascotas, pero ¿qué ocurre con los animales que son torturados o maltratados por simple diversión en tantas fiestas en pueblos? Ellos también deberían de ser considerados seres sintientes y por tanto tener la máxima protección.
Más que un cambio real y absoluto, lo que sucede con esta proposición aprobada es más bien que se abren puertas para nuevos cambios, mucho más importantes, de cara al futuro.
Por ejemplo, una mascota, al tener la misma consideración que una cosa, podía ser embargada cuando el propietario incurría en impagos, algo que ahora ya se podrá cuestionar, teniendo una baza para lograr evitarlo.
También tenemos los problemas que se presentan en los juicios por divorcio, donde el animal es utilizado con frecuencia como arma contra la otra persona. Al tener una consideración de objeto, uno de los miembros de la pareja podía exigir quedarse con la mascota si tenía, por ejemplo, factura de la compra.
Sin embargo, ahora se podría luchar para conseguir que se tenga en cuenta el apego afectivo que el animal pueda tener con un miembro concreto de la pareja.