Todo comenzó con los hámsteres. Los pequeños roedores invadieron nuestros hogares con permiso de sus propietarios y poco a poco fueron adueñándose de más y más hogares.
Actualmente, son muchas las distintas especies de roedores que pueblan nuestras casas, pero la que más se prefiere son las cobayas. Estos pequeños vienen de Sudamérica y deben su predilección a su carácter bonachón y tranquilo, ideal para una casa con los niños.
Su pelo brillante y de colorido diverso, la facilidad de su limpieza, la inteligencia y curiosidad que demuestran les hacen ser muy queridos por todos los habitantes de la casa. Sobre todo, resulta un buen compañero de juegos de los niños.
Comederos a prueba de vuelcos
Su gran demanda ha hecho que abunden los veterinarios especialistas en cobayas, por lo que no será difícil encontrar uno en nuestra zona. Ellos pueden orientarte sobre el pienso más recomendable para ellos entre los preparados alimenticios para roedores.
Las cobayas tienen la costumbre de volcar los comederos para escoger los alimentos que más les gustan y dejar el resto. Para evitar lo máximo posible este comportamiento lo mejor es colocarles un cuenco pesado que no les sea fácil mover.
Alfalfa, chuches y agua
Las cobayas necesitan complementar su dieta con vegetales y fruta para sintetizar la vitamina C. La alfalfa, el heno, la manzana o la zanahoria son alimentos que podemos darle a nuestro roedor siempre que sean frescos y estén bien lavados. Además, no deberá faltarles una chuche de vez en cuando como las pipas, que les servirá también como entretenimiento mientras las abren.
El agua fresca es fundamental para las cobayas, por lo que deberemos cambiar el agua del bebedero todos los días. También hay que tener cuidado con que puedan roer o tirar el bebedero, una posibilidad sería colocar el bebedero por fuera de los barrotes.
La casa de sus sueños
El espacio que le proporcionemos a nuestra cobaya debe ser lo suficientemente grande para que pueda ejercitarse en él. Una jaula tipo conejera grande puede ser una opción. Las famosas ruedas no son buenas para las cobayas, ya que no tienen la misma flexibilidad que otros de sus congéneres.
En su interior habrá que colocar una caja donde puedan resguardarse y dormir tranquilos y, si puede ser, unos túneles por los que puedan jugar. Para el problema de los excrementos se pueda optar por colocar una caja con productos absorbentes o forrar el suelo de la jaula con plástico y echar por encima una capa del producto.