Las chinchillas son unos roedores simpáticos, fáciles de cuidar y sumamente sedosos. Sin embargo, son unos animalitos que adoran la tranquilidad y llevan muy mal los cambios, ruidos fuertes y otras situaciones estresantes.
Para evitar que nuestras chinchillas sufran estrés, los mejor es seguir una rutina de alimentación y procurar que tengan una buena alimentación que les ayude a superar un pico de estrés. No hay que tomarse a la ligera este problema, pues puede afectar a la salud del roedor.
La estabilidad emocional de nuestra chinchilla depende mucho de que sepamos tratarla y de que le proporcionemos un hábitat lo más parecido al suyo natural. No debemos olvidar que es un animal nocturno y que durante el día precisa descansar.
La prevención es una tarea primordial
El descanso durante las horas diurnas es un factor fundamental para las chinchillas. Obligarlas a estar despiertas y activas les causará estrés y problemas de salud. También debemos respetar los gustos de nuestras mascota respecto a su trato con nosotros, pues no a todas las chinchillas les gusta que les toquen y les tengan en brazos.
Es importante dedicar unos minutos en decidir el lugar adecuado para la ubicación de su jaula, alejado de ruidos y fuera de corrientes de aire. No nos llevará mucho tiempo y así podremos proporcionarles una mayor comodidad.
Más factores que pueden afectarlas
Otro problema que se nos plantea es la temperatura ambiente. No es aconsejable pasar de los 27º ni que se produzcan cambios bruscos de temperatura, por lo que hay que vigilar este factor.
Un nuevo factor a tener en cuenta es el humo del tabaco. En las casas donde convivan con fumadores es importante colocar la jaula en un lugar con poco humo, ya que la nicotina puede causarles adicción y presentar síndrome de abstinencia.
Síntomas de una afección nerviosa
Si nuestra chinchilla rebasa los niveles de ansiedad que puede soportar de forma habitual será cuando se produzcan problemas de salud que afecten a su sistema nervioso. Este tipo de problemas se puede detectar por dos síntomas típicos: desmayos y convulsiones.
Las convulsiones son síntoma habitual de parásitos o intoxicaciones, con lo que es más fácil solucionar el problema. Sin embargo, los estados de shock en los que se producen desmayos, pueden ser debidos a causas más graves y se recomienda una visita al veterinario para realizar un chequeo a la chinchilla y verificar así su estado.