En los últimos años hemos visto proliferar en los canales televisivos diversos programas educativos sobre el mundo de las mascotas. Algunos están centrados en casos de clínicas veterinarias, en los que podemos encontrar consejos sobre problemas de salud de nuestros animales.
Otros son seguimientos de operaciones de rescate animal en los que podemos conocer tanto el lado más oscuro del ser humano con respecto a los animales que están a su merced, como la dedicación de otras personas a salvarlos y darles un hogar mejor.
También podemos ver programas sobre cuidados de mascotas exóticas o peces, que nos abren todo un mundo de posibilidades para encontrar la mascota ideal y saber cómo atenderla adecuadamente.
Distintos métodos de educación canina
Y otros están centrados en la educación canina. Dicho así parece que estos programas de televisión van a solucionar los problemas que tienen algunos propietarios de perros, pues nos muestran casos en los que el perro deja de realizar el comportamiento que molesta a su dueño.
Sin embargo, lo que no nos cuentan estos programas es que hay distintas Escuelas de educación canina con métodos completamente opuestos. Por un lado están los educadores con métodos de dominancia y por otro los educadores en positivo.
Dominancia frente a positivismo
Los primeros nos hablan de que hay que dominar la manada, ser el macho alfa, y buscan erradicar el problema que manifiesta el perro a través de castigos, coacciones y elementos correctivos. Lo tirones de correa, los collares de castigo y de ahogo, por ejemplo, están dentro de sus métodos. Con estos métodos se logra gran rapidez de respuesta, pues sólo camuflan el problema, sin llegar a averiguar por qué se comportan así.
Los educadores en positivo buscan empatizar con el animal y llegar a la raíz del problema para cambiar al causa última que produce ese comportamiento. Sin infligirles castigo alguno, utilizan el refuerzo positivo para modificar la conducta del perro y asegurar el bienestar psicológico del animal. Es un método a más largo plazo, pues cambiar las conductas desde la raíz requiere mucho esfuerzo y constancia, tanto del animal, como del dueño.
La importancia del educador
La educación canina es un tema muy serio que afecta a la relación del perro con su dueño y con su entorno. Cada caso es único y con una serie de circunstancias asociadas que modifican lo que cada perro precisa. Generalizar los problemas de los perros es minimizar su importancia.
Por eso no se debería seguir unas pautas vistas en un programa de televisión y aplicarlas a nuestros perros sino buscar el consejo de un profesional de la educación canina. Si nuestro perro tiene algún problema de comportamiento el mejor consejo a seguir es leer sobre los distintos métodos de educación canina, elegir el que nos parece más adecuado para nuestro perro y contactar con un educador que valore el problema.