¿Qué son las casas de acogida? Son hogares en los que desinteresadamente se da cobijo a animales de las protectoras, bien para pasar una etapa de postoperatorio, o para ayudar en la socialización, o para darle un hogar provisional a la espera de que encuentre el suyo definitivo.
Ser parte de las casas de acogida supone un compromiso tanto material como psicológico, pues no sólo se trata de cubrir las atenciones primarias de comida y limpieza del gato, sino también el cariño y la estabilidad emocional que precisa, además de las visitas al veterinario que sean necesarias para tener al día las vacunas y la desparasitación.
Las casas de acogida son una gran ayuda para las protectoras, pues es muy difícil disponer en los albergues de suficientes voluntarios para ofrecer a los gatos recogidos mimos, juegos y una atención individualizada que les haga continuar creando lazos con el ser humano. Un gato al que no se le puede ofrecer más cuidados que los básicos de alimentación y limpieza, es muy probable que se vuelva retraído.
Una satisfacción dolorosa
Quien ha sido casa de acogida una vez, suele repetir… y digo suele, porque siempre hay que tener en cuenta el otro factor: el emocional. En las casas de acogida se dan dos situaciones encontradas: la satisfacción de estar ayudando a que un gato sea feliz mientras encuentra su hogar definitivo y el dolor de la despedida cuando lo encuentra.
Porque no nos engañemos, uno se encariña con el pequeño felino que ha estado compartiendo tu hogar, demandando mimos y ronroneando encima tuyo. Por eso, es preciso tener claro que le estamos proporcionando un hogar de tránsito, para que sea más fácil sobreponerse a su ausencia. Curiosamente, los niños aceptan con mayor naturalidad esta situación, tal vez porque ellos están acostumbrados a vivir inmersos en cambios.
Necesidades más urgentes
La mayor demanda de casas de acogida se produce en el periodo de cría, pues se suelen recoger muchos pequeños que necesitan disponer de un entorno familiar para sociabilizarse sin problemas. Las experiencias vividas durante los primeros meses de vida son fundamentales para que los animales adquieran confianza en el ser humano y se les sea más fácil habituarse a cualquier ambiente sin miedos.
También se suele solicitar casas de acogida para animales que precisan alguna operación quirúrgica o tratamiento que conlleve reposo y atención continua. Y, por supuesto, para facilitar a los gatos ya abuelitos un ambiente hogareño y tranquilo, lejos del jaleo que supone compartir espacio con gatos más jóvenes y bulliciosos.