Si quieres adentrar a tus niños en el mundo del cuidado de mascotas para que vayan aprendiendo la responsabilidad que conlleva, puedes escoger a la que casi con toda seguridad es la mascota más inofensiva del planeta: los gusanos de seda.
Con estos animales no sólo aprenderán responsabilidad en su cuidado, sino que también representará un aprendizaje del ciclo vital de los insectos desde que son larvas hasta que forman su capullo y se convierten en mariposas adultas.
Hay gusanos de seda de muy diversas especies, los más habituales en nuestros hogares son el gusano de seda antifaz y el cebrado. Los primeros son gusanos blancos con unas pequeños puntos negros como si de una máscara se tratara y los segundos son blancos con rayas negras, como las cebras. Al tacto son suaves y fríos y su caminar por nuestras manos nos deja un cosquilleo agradable y divertido.
Recoger hojas frescas para nuestros gusanos
Tener gusanos de seda implica tener que proporcionarles comida fresca todos los días. Para conseguirlo deberemos buscar un árbol de morera cercano a nuestra casa e ir a recoger hojas para dárselas de comer. Los gusanos sólo comen hojas, no tallos ni ramas, por lo que se pueden recoger las hojas sin dañar al árbol.
Si no podemos recoger hojas todos los días se pueden guardar en la nevera y sumergirlas un rato en agua tras sacarlas de la nevera para que recuperen el grado de humedad necesario. Luego habrá que secar el exceso de agua con un papel absorbente y trocearlas para que les resulte más fácil de masticar.
Mudar la piel sin molestarles
A lo largo de su crecimiento, los gusanos de seda mudarán su piel varias veces. Durante esta etapa de muda permanecerán quietos con la cabeza levantada entre 24 y 30 horas, durante las cuales no deberá tocárseles. Tampoco es bueno que les dé el sol ni que estén expuestos a los insecticidas que solemos usar en casa. Si vas a echar insecticida en una habitación, traslada tus gusanos de seda a otro lugar de la casa, recuerda que son insectos.
Cuando el gusano llega a su etapa madura formará la crisálida o capullo de seda para terminar su transformación en adulto. Será necesario que le ofrezcas un entrelazado de ramas limpias en el que pueda entretejer su hilo de seda y formar el capullo protector a su alrededor. Estas vainas pueden ser de diferentes tonos de blanco, amarillo o naranja.