Este pequeño crustáceo, propio de las aguas saladas continentales, es uno de los mayores aportes nutricionales que les podemos ofrecer a nuestros peces y anfibios. Debido al pequeño tamaño de sus crías, menor que una cabeza de alfiler, está especialmente recomendado para la alimentación de los alevines y renacuajos en su fase larvar.
También está indicada para alimentar a ejemplares débiles o convalecientes de algún problema de salud. La artemia salina se puede adquirir en cualquier tienda especializada en alimentos de peces y anfibios, tanto liofilizada como congelada o viva. Pero también se puede comprar los huevos y decidir criarlos en casa.
La cría de artemia salina es muy sencilla y apenas requiere cuidados. Lo primero es adquirir los huevos o quistes de artemia salina en una tienda de alimentación. Estos huevos son muy resistentes, pudiendo permanecer inactivos metabólicamente por grandes periodos de tiempo, incluso años, en completa ausencia de agua y oxígeno y hasta en temperaturas por debajo del punto de congelación.
Preparando la eclosión
La incubadora de artemia salina es tan simple como un recipiente con agua salada. La concentración de sal marina (nunca yodada) debe de ser de entre 30 o 35 gr por litro. También se puede usar sal de acuario o sal de piedra en una proporción de 4 cucharaditas por litro de agua. La temperatura del agua deberá mantenerse entre 28º y 30º, ni menos ni más.
Si los quistes que hemos adquirido vienen descapsulados ya están listos para proceder a ubicarlos en su habitáculo, pero si no es así, habrá que quitarles las vainas que los recubren frotándolos con una solución de agua y lejía. Una vez que tengamos los huevos listos habrá que introducirlos en el agua.
Una vez nacidos…
Una vez hecho hay que dejarlos en una zona que no le dé la luz del sol. A partir de 12 horas, los pequeños quistes irán eclosionando hasta que a las 36 horas ya podemos dar por concluido el nacimiento de todos los ejemplares de artemia salina. Será hora de cambiarlos a un nuevo tanque donde deberán permanecer durante 3 días sin que les dé la luz.
Durante ese periodo seguirán alimentándose de los nutrientes que les proporciona la bolsa del huevo, así que no hay que preocuparse por ellos. Será después cuando deberemos decidir si seguimos criando a una parte de ellos para que lleguen a adultos y pongan huevos o si los utilizamos todos como alimento de nuestras mascotas.
En el caso de que decidamos seguir adelante, les deberemos alimentar a base de germen de trigo, levaduras y harinas de pescado, de maíz, de soja o de arroz integral. También se les da clara de huevo y espirulina, un alga altamente nutritiva. Además deberemos limpiar con asiduidad el agua de su acuario.