La arena para gatos es un elemento fundamental en todo hogar en el que habite un felino. Será su lugar de higiene y necesitará ser limpiada de restos diariamente para evitar que nuestro gato haga sus necesidades en otro lugar de la casa. A nadie le gusta ir a un baño pestilente y sin limpiar y mucho menos a los gatos, que son unos animales muy limpios.
La profundidad del arenero dependerá de la cantidad de arena que necesitemos y de cómo se comporte nuestro gato, pues hay gatos que en su afán por tapar sus defecaciones hacen que la arena rebose por el borde y se esparza por el suelo, convirtiendo la zona en una verdadera playa. Lo más recomendable es un arenero con paredes altas y una abertura más baja para que puedan pasar sin dificultad tengan la edad que tengan.
En el mercado hay muchas variantes de arena para gatos y no siempre sabemos cuál elegir. Mi recomendación es que hay que valorar tres factores: lo que cuesta el kilo, lo que tarda en gastarse y lo efectivo que es en la eliminación de olores. Ni todas las arenas cunden igual, ni eliminan los olores.
Sepiolita, aglomerante y sílice
En las grandes superficies podemos encontrar, habitualmente, tres tipos de arena para gatos diferentes: la sepiolita, la aglomerante y la de sílice. La sepiolita ofrece un precio muy atractivo, pues es la que menos cuesta, y la podemos adquirir perfumada. Sin embargo, no es una arena muy eficaz como eliminadora de olores si no la limpiamos muy a menudo, pues la arena mojada de orín se va acumulando en el fondo.
La arena de tipo aglomerante ofrece algo más de efectividad a la hora de encubrir el olor. La capacidad de la arena de formar una bola compacta alrededor del orín favorece la limpieza y que no se produzca tanto olor, pero esto sólo es efectivo si hay pocos gatos en el hogar. Si tenemos varios gatos, se puede dar el caso de que la arena se quede pegada en el fondo formando una pasta complicada de limpiar.
El sílice es un tipo de arena para gatos muy efectivo en la eliminación de olores. El orín es absorbido por la perlita de sílice, por lo que apenas se mancha el arenero. El mayor problema es el económico, pues es bastante caro en proporción. Otro problema puede darse a la hora de que nuestro gato se amolde a ella, pues la textura no les gusta a todos.
Arena ecológica, un descubrimiento
Esta arena para gatos no es realmente arena, sino un producto elaborado a partir de madera. Combina características de la arena aglomerante y la capacidad absorbente del sílice, por lo que es sumamente efectiva ante los olores. Funciona expandiéndose ante el contacto con el orín y formando una bola a su alrededor.
Aunque ya hay algún establecimiento dedicado a mascotas que la ofrece, lo más económico es comprarlo a través de internet y en el tamaño más grande, si disponemos de espacio en casa. La duración de esta arena para gatos es muy alta, ya que sólo hará falta recoger las bolas que se hayan producido y las heces. Otra de las ventajas es que se puede eliminar por el inodoro, sin necesidad de tirarlo a la basura.