Por su tamaño y su viveza, las ardillas son unos roedores que siempre nos ha encandilado. Contemplarla en libertad supone un bello ejemplo de delicadeza y rapidez. No todas las ardillas pueden vivir en nuestros hogares, pero la ardilla coreana es un ejemplar que con unas pautas básicas puede convivir con nosotros sin problema.
Estos pequeños roedores pueden llegar a vivir entre 8 y 12 años, siendo las hembras mucho más longevas que los machos. Su cuidado es muy fácil ya que son muy limpias por naturaleza, pero no son unas mascotas cariñosas, así que no es recomendable para familias donde vivan niños menores de 16 años que no entiendan que la ardilla coreana no es un juguete.
Proviene de Corea y son de tamaño pequeño y marrones listadas, con un carácter vivo e inquieto harán las delicias de los que contemplen sus juegos. Como ardilla que es, hiberna durante el invierno, por lo que no deberemos asustarnos si nuestra pequeña mascota se esconde durante esos meses en su madriguera y no sale apenas. En verano le encantará darse un baño de arena en un recipiente que le pongamos.
Un lugar para saltar y un refugio espacioso
Como es un animal inquieto debemos facilitarle una jaula de grandes dimensiones donde pueda desplazarse por ella con su rapidez y agilidad características. Para ello colocaremos en la jaula diversas ramas por donde pueda correr y saltar. Además, podemos ubicar diversas plataformas y sitios para que utilice su habilidad trepadora. Si adquirimos una jaula con barrotes horizontales podremos aprovecharlos como otro espacio para trepar.
El suelo de la jaula bastará con forrarlo de un sustrato de heno y corteza de una profundidad de 10 centímetros aproximadamente, parecido al de su hábitat natural, y la zona donde hará sus excrementos deberá limpiarse semanalmente. El refugio se colocará en la parte más alta de la jaula, con una cama de heno o tiras de papel de periódico. Deberá ser lo suficientemente grande para permitirle tanto dormir como almacenar comida para el tiempo de la hibernación.
Dieta de cereales y fruta, principalmente
El comedero que pongamos debe de ser pesado para evitar que lo vuelque con sus juegos y saltos. Y el agua deberá colocarse por fuera de la jaula y cambiárselo todos los días, ya que precisa agua fresca. La ardilla coreana es omnívora, come cereales, frutas frescas, verduras, frutos secos e insectos.
A pesar de esta rica variedad, hay que proporcionarle una dieta basada en los cereales y en menor medida los demás productos. Tampoco hay que suministrarle mucha comida, ya que son animales pequeños y si comen más de lo que pueden quemar en su ejercicio diario engordarán. Lo mejor es consultar con un veterinario especialista que nos aconseje.