En la serie de televisión “Mentes Criminales” la agente García se encarga de todo lo relacionado con la informática, pero no está acostumbrada a trabajar cara a cara con los casos de asesinato a los que se enfrentan sus compañeros. Cuándo tiene que ver fotografías de horribles crímenes suele afirmar que su mejor terapia es ver vídeos de gatitos en Internet.
Y es que estos mininos parecen haberse hecho con las redes sociales. Miles de gatos tienen su propia página de Facebook, amén de otras muchas dedicadas a los amantes de estos animales que comparten fotos tiernas entre ellos. Aunque esto no ayuda a compensar el hecho de que precisamente Facebook tenga un alto nivel de tolerancia con páginas que presentan imágenes de animales torturados y que incluso promueven estas prácticas.
Si vamos a YouTube, son miles los vídeos dedicados a estos animales, ya sea realizados por sus propietarios que muestran como sus animales hacen cosas tiernas o divertidas, ya sean divertidas recopilaciones de situaciones graciosas en las que son los protagonistas. Los tutoriales también son muy frecuentes y con ellos podemos aprender a cortar las uñas de los mininos, a cepillarlos correctamente o a realizar un sencillo chequeo en casa. Son especialmente recomendables los vídeos realizados por veterinarios en los que se pueden enseñar todo tipo de cosas.
Diferentes teorías sobre la proliferación de gatitos
Son muchas las teorías que tratan de explicar por qué los gatos protagonizan Internet de este modo. Una de las más graciosas que he leído y que no recuerdo quién era el autor defendía que el gato es un animal tremendamente orgulloso, que acude a nosotros solo cuándo así lo desea y que nos deja en evidencia con su agilidad y su elegancia. Publicar vídeos en los que un gatito se cae al dar un salto o en el que se puede ver la imagen de un peludín vestido de Papa Noel es la única forma que tenemos de “humillarlos suavemente” y eso nos produce una gran satisfacción interna.
Probablemente la única razón real es que los gatos son animales que producen una gran ternura, extraordinariamente bellos y además muy fotogénicos, por lo que es lógico que sean fotografiados hasta la saciedad en todo tipo de situaciones. Sus travesuras y pequeños enfrentamientos, así como las “perrerías” que le hacen a los chuchetes de la casa, son motivo de risa y de diversión para toda la familia. Y la verdad, estamos muy necesitados de este tipo de entretenimientos, puros, inocentes y tiernos, en una sociedad que anda muy falta de este tipo de sentimientos.