Siempre que queramos introducir un animal en nuestras vidas, debemos indagar sobre su comportamiento y características, los cuidados que va a precisar y las enfermedades que le puede afectar, y valorar si estamos dispuestos a compartir sus peculiaridades y si podemos prestarle todos esos cuidados.
En el caso de las gallinas, hay que disponer de un espacio al aire libre para acondicionarlo como corral que esté bien ventilado y lo podamos mantener limpio con facilidad. También hay que plantearse si el ruido que puedan hacer molestará a los vecinos, porque no en todos los patios y jardines se puede montar un gallinero.
Las aves del gallinero forman una comunidad organizada de modo jerárquico. Si hay un gallo, él será el jefe natural y las hembras ocuparán un escalafón inferior, pero si no hay ningún macho, las gallinas organizarán su propia jerarquía a través de una lucha de poder.
Buscando su lugar
Para establecer cuál es la jerarquía de cada una de las hembras, se producirán disputas mediante picotazos durante varios días. Aunque a nosotros nos puedan parecer una gran pelea, no debemos entrometernos a no ser que detectemos que se ceban con una gallina en particular.
La duración de esta lucha de poder dependerá de lo numeroso que sea el grupo de gallinas, pero una vez que se jerarquicen vivirán en armonía entre ellas. Por supuesto, si introducimos una nueva gallina, el proceso comenzará de nuevo.
Introducir un nuevo miembro
Lo mejor para presentar una nueva gallina al grupo y minimizar el problema de la nueva lucha de poder es habilitar un espacio contiguo donde colocar a la nueva gallina. De este modo, se irán viendo durante el día a través de la tela de gallinero, pero no compartirán espacio.
Por la noche deberá permanecer separada en su propio cubículo. Tras varios días manteniendo esta situación, las gallinas ya deberían haberse acostumbrado a su presencia, por lo que podremos juntarlas. Tal vez se produzca alguna disputa, pero será de mucha menor intensidad.
Un alojamiento confortable y seco
El corral deberá contar con un mínimo de un metro cuadrado por gallina para evitar que se estresen y puedan agredirse entre ellas para competir por el espacio. Además, deberá haber espacio suficiente para instalar el espacio del gallinero. El lugar de descanso y puesta de huevos debe de estar ventilado pero resguardado de las corrientes de aire y que sea seco, sin humedades
A las gallinas les gusta dormir en las alturas, así que habrá que instalar algunos listones de madera a una altura de unos 30 centímetros. Con unos cajones de madera rellenos de heno tendremos unos estupendos nidos. No olvidéis colocar suficiente nidos para que no se peleen entre ellas.