Seguimos repasando algunas de las enfermedades más importantes, por habituales, entre los habitantes de nuestros acuarios. Las enfermedades comunes en peces de pecera tiene varios orígenes: virus, bacterias, protozoos, hongos, gusanos… intentaremos repasar todos esos grupos de causas, ya que suelen ser provocar enfermedades relacionadas o similares entre sí. En todo caso, recuerda que el veterinario es la mejor fuente de información, sobre todo a la hora de emplear productos químicos.
Los hongos son los causantes de varias enfermedades muy preocupantes. La más conocida es la saprolegniasis, provocada por el hongo homónimo; ojo, la enfermedad del algodón no es provocada por hongos, sino bacteriana. Se manifiesta en secreciones algodonosas o lechosas que aparecen sobre heridas previas. Les afecta sobre todo a las especies de agua fría y dulce. Si afecta a los huevos, están perdidos. Se suele tratar con verde malaquita o yodo.
Los protozoos son uno de los grupos más extensos de problemas para los acuaristas. La plistoforosis afecta a neones (que también dan su nombre a la enfermedad), cebritas, cardenales y hemmigramus, con grandes males y tratamientos poco efectivos aparte de la cuarentena. La hexamitiasis (o enfermedad de los agujeros en la cabeza, qué bonito) tiene síntomas muy evidentes tras haber hecho estragos en el interior de discus y scalares.
Bacterias y parásitos son los principales causantes de enfermedades comunes en peces de pecera
En la primera parte que precede a este post ya expusimos algunas enfermedades víricas (todas ellas terribles) y otras provocadas por gusanos, como el punto negro. Muchas otras se quedan en el tintero, como la linfocistitis, papilomatosis, necrosis pancreática o septicemia hemorrágica (en el primer grupo), o la girodactilosis o la sanguinicoliasis, en el segundo. Nombres largos y tortuosos de los que esperamos no volváis a oír nunca.
Incluso los crustáceos pueden hacer enfermar a nuestros pececillos. Pueden transmitir más de una docena de parásitos distintos a los habitantes de los acuarios, aunque es difícil que ocurra si los animales que tenemos no proceden de ámbitos salvajes. Ergasilosis, Lerneosis y argulosis son las más fáciles de encontrar. Adelgazamientos, picaduras y manchas que se tratan con cobre o con pinzas y paciencia.
Existen otras enfermedades de origen morfológico, como tumores, bocio o deformaciones de la aleta dorsal o la espina vertebral. Las primeras se pueden mantener bajo control si los tumores son pequeños; el bocio, de origen tiroideo como en los humanos, se trata con yoduro de potasio (si no degenera en cáncer). Contra las malformaciones genéticas como las desviaciones de aleta poco se puede hacer, salvo evitar al ejemplar que procree.