Cuando decidimos tener una mascota hay que saber las condiciones que precisa para tener unos buenos cuidados. Adecuar el lugar donde va a vivir imitando lo más posible su hábitat natural es uno de los primeros factores a tener en cuenta.
La climatización, iluminación, plantas y sustrato son los cuatro pilares en los que hay que hace hincapié para conseguir que nuestro reptil se sienta cómodo y viva tranquilo. Con ello conseguiremos que no le afecten enfermedades producidas por el estrés.
El sustrato es el material con el que forraremos el fondo de los terrarios. Dependiendo del animal que vamos a introducir en dicho terrario, así deberemos elegir uno u otro material. No olvidemos que cada animal precisa unos cuidados concretos.
Toxicidad e higiene
Al ir a elegir el tipo de sustrato hay que plantearse varias cosas. La más importante de todas es que no esté compuesto de algún material que pueda resultar tóxico para nuestra mascota si lo ingiere. Algunas maderas pueden rezumar resina que es perjudicial para los reptiles.
La segunda es considerar la facilidad de limpieza que tiene. Hay que tener en cuenta que los restos de comida y las defecaciones son un caldo de cultivo para bacterias y hongos, por lo que la limpieza se debe realizar con asiduidad.
Comodidad y utilidad
Un tercer factor a tener en cuenta es facilitar la comodidad de nuestros reptiles. Un sustrato que desprenda un olor que nos agrade puede no resultarle tan maravilloso a nuestra mascota. Debemos plantearnos que debe primar la comodidad de nuestro animal ante todo.
Escoger un sustrato que nos pueda ser útil en algunas necesidades especiales puede ayudar mucho. Si nuestro reptil tiene una cierta edad, precisará más calor que cuando era más joven, por lo que se puede elegir un sustrato que conserve más tiempo el calor para ayudarle a regular mejor su temperatura.
Materiales naturales o artificiales
Los materiales que pueden componer el sustrato para nuestros reptiles son muy variados. Podemos elegir escoger nuestros propios materiales o comprarlos en tiendas especializadas. La ventaja de esta última opción es que estos materiales ya vienen tratados con fungicidas para evitar que se reproduzcan hongos u otros gérmenes.
El sustrato más básico y barato de todos es el papel de periódico. Mantiene muy bien el calor y es fácil de sustituir. Sin embargo, no es un material que se encuentre en su hábitat natural por lo que no se suele recomendar más que para animales convalecientes a los que haya que cambiar el sustrato con más asiduidad de la habitual.