Una de las cosas que hay que tener en cuenta si deseamos compartir nuestra vida con un perrito de la pradera es que un roedor bastante longevo, pudiendo llegar a vivir 14 años en cautividad. Si no estás dispuesto a cuidarlo durante tantos años, no adquieras este animal y busca uno que esté más acorde con las necesidades que puedes darle.
La alimentación de este roedor es a base de plantas, principalmente hierba. Habrás de conseguirla en las tiendas especializadas, o cultivarla tú mismo, pues si la coges del campo estás expuesto a introducir alimentos infectados con pesticidas o parásitos.
Aunque la cría en cautividad es posible, es bastante complicada, pues entre los meses de febrero y marzo, cuando es la época de apareamiento, machos y hembras tienen comportamientos agresivos. El apareamiento se produce en las madrigueras, así que no podremos estar seguros de si vamos a tener crías hasta que a la hembra se le note la preñez.
La mamá leona
La gestación del perrito de la pradera dura unos 35 días y vendrán al mundo alrededor de 8 cachorros. La hembra cuidará de ellos mientras el macho lleva comida a la madriguera. Su conducta será muy protectora y agresiva durante esta etapa, pues su instinto le lleva a defender a sus crías de los ataques de otras hembras que intentarán matar a las crías que no son suyas.
Los pequeños nacen ciegos y sin pelo, con apenas 7 centímetros de longitud y 15 gramos de peso. Tras tres semanas, empezarán a cubrirse de pelo, y abrirán los ojos hacia la sexta. El amamantamiento dura alrededor de 50 días, tras los cuales, los pequeños perritos de la pradera comienzan a salir al exterior a alimentarse. A partir de convertirse en independientes el resto de hembras ya no les atacarán.
Cuidando su salud
Hay que señalar que el perrito de la pradera es un roedor muy glotón al que hay que vigilar su dieta. Nunca deberemos darles dulces ni galletas, pues les dañarían. Es importante mantener una dieta baja en grasa y con gran aporte de proteínas dándoles espinacas, calabaza, zanahorias y algunas barritas de cereales.
Es muy difícil conseguir un veterinario especializado en el perrito de la pradera. Lo habitual es que el veterinario aplique sus conocimientos sobre gatos adecuándolos al peso del roedor, pero no siempre da buenos resultados. Por eso se recomienda no vacunar a estos animales hasta que no se comercialice una vacuna adecuada. Lo mejor que se puede hacer es consultar con un veterinario de exóticos de algún zoológico.