A pesar de lo que puede parecer por su esqueleto formado por anillos que nos recuerdan a las armaduras, el caballito de mar, o hipocampo, es un pez. Su aspecto tan peculiar ha fascinado la imaginación de los humanos de todos los tiempos. Su pesca indiscriminada para convertirlo en adorno ha supuesto que sea un animal en peligro de extinción.
Ciertamente, no parece ni se mueve como los peces a los que estamos acostumbrados. Es el único que tiene su cabeza en ángulo recto con el cuerpo. Se mueve gracias a las aletas pectorales y dorsal, las primeras le ayudan en los movimientos laterales y la dorsal es la que le facilita el avance. Una de las características más atrayentes es su cola prensil en forma de espiral, con ella se fijan a los tallos de las plantas marinas para poder permanecer quietos y no ser arrastrados por la corriente. También son muy buenos en el arte del camuflaje, buscando mimetizarse con el ambiente para pasar desapercibidos.
Alimentándolos con peces vivos
El caballito de mar no come placton. Hacemos esta advertencia porque mucha gente cree que sí y les deja morir de inanición. La comida perfecta para el caballito de mar son pequeños alevines vivíparos. Podemos proporcionarles guppys, gambusias, platys, molly o xiphos, aunque mantener esta dieta a diario sale bastante caro.
Otra opción puede ser proporcionarles artemia viva, pero siempre habrá que intercalarla con los alevines. La comida congelada es difícil que la acepten. Se puede probar con daphinia, introduciéndola en el acuario con unas pinzas o dejándola que se agite en una corriente para simular el movimiento.
Hábitat y reproducción
El hábitat que debemos proporcionarle al caballito de mar tiene que estar repleto de algas, tallos, corales y agarraderos que les permitan fijarse para descansar y vigilar la caza. Debido a su lentitud de movimientos, no podrían perseguir a su comida para darla caza. Tampoco es aconsejable juntarlos con otros peces más vivaces, pues devorarán la comida destinada al caballito de mar.
En cuanto al agua, debe mantenerse oxigenada y limpia, pero sin instalar aparatos de aireación, pues las burbujas que sueltan pueden ser confundidas con comida y tragadas por alguno de nuestros ejemplares de caballito de mar, lo que le provocaría que flotara en la superficie y se asfixiara.
El caballito de mar se reproduce con facilidad si está bien cuidado, durante los meses de primavera y verano. Es digno de contemplar la danza de apareamiento en las que enroscan las colas mientras la hembra le pasa los huevos al macho, que será el que los incube y dé a luz.