Si buscamos un animal completamente inofensivo que haya sido el protagonista de leyendas y terrores medievales, el basilisco verde es nuestro «hombre». Culpado de ser capaz de matar a un hombre con la mirada, los basiliscos eran terroríficos monstruos con forma de serpiente que nacían de un huevo de gallina incubado por una rana.
Nada más alejado de la verdad, pues estos pequeños reptiles ni son peligrosos, ni venenosos, ni nada parecido. Son vivaces y muy rápidos, yendo siempre a la carrera de acá para allá, y tienen un tamaño pequeño, de unos 80 centímetros desde la cabeza a la punta de su larga cola. Su carácter nervioso no le hace ser muy propenso a las caricias, así que no hay que esperar una gran interrelación entre el dueño y su pequeño dragón.
La rapidez que es capaz de desplegar, no sólo le sirve para cazar insectos y escapar de sus depredadores, sino también para caminar sobre las aguas. Esta asombrosa habilidad es fruto de la unión de la alta velocidad que alcanza junto con los lóbulos dérmicos que tiene en sus patas traseras, con ellos consigue el efecto de deslizarse por la superficie del agua sin llegar a hundirse.
Acondicionando su hogar
Para que nuestro basilisco verde no se estrese con el cambio de hogar, debemos proporcionarle un lugar donde se sienta seguro, además de cómodo. Si el espacio es demasiado pequeño, le haremos sentir atrapado, y si está demasiado vacío se sentirá vulnerable y puede caer enfermo. Lo mejor es colocar en su terrario una gran variedad de ramas y plantas para que pueda trepar por ellas y esconderse cuando se sienta incómodo.
Hay que tener mucho cuidado con coger las plantas y ramas del campo o de un jardín, pues no sabemos con qué productos se han fumigado o qué parásitos pueden contener. Mejor no arriesgar la salud de nuestro pequeño dragón verde y comprar los aderezos en una tienda especializada que nos ofrecen las garantías sanitarias necesarias.
Calefacción a su gusto
Como todos los reptiles, su sangre es fría y precisan disfrutar de una temperatura elevada. En el caso del basilisco, deberemos programar su terrario para que tenga tres zonas con distintas temperaturas para que pueda elegir la que precise en cada momento. 28 grados para pasar el día, 24 grados para imitar la bajada de temperatura de la noche y 40 grados para cuando necesite un buen baño de calor.
Habrá que tener cuidado si queremos darle un compañero, pues el enorme sentimiento de territorialidad del basilisco verde hace incompatibles que puedan convivir varios machos en el mismo terrario. Si hiciéramos eso, podría suceder un grave enfrentamiento entre ellos y provocarse importantes heridas.