En castellano es cada vez más habitual la denominación de Dóberman para la raza de perros cuyo nombre original es Dobermann en honor a su primer criador, Karl Friedrich Louis Dobermann, que obtiene esta raza a partir de cruces entre Rottweiler, el Beauceron, el Weimaraner, el Manchester terrier, o el Pinscher. A modo de curiosidad, este señor tenía el peligroso oficio de ser recaudador de impuestos y quería un animal fiel, obediente, pero capaz de defenderlo.
A menudo es confundido con el Pincher alemán, uno de los perros que se utilizaron para conseguir el Dóberman, pero este último es más fuerte y corpulento. La leyenda negra de estos perros proviene de su uso por parte del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, lo que ha creado en torno a estos animales un halo de peligrosidad que no tiene por qué hacer necesariamente honor a su raza ya que la realidad es que han sido utilizados por todo tipo de ejércitos gracias a sus múltiples cualidades y a su facilidad para aprender.
Un animal vivaz y muy leal
El Dóberman es un perro muy leal y tiene un carácter alegre y vivaz que a menudo puede resultar impulsivo. Necesita el control de una persona tranquila y disciplinada que no le transmita al perro nerviosismo y que le de unas buenas pautas, ya que como ocurre con los perros de cierto tamaño, la indisciplina puede ser peligrosa.
No es lo mismo un Caniche mal criado que un Dóberman, ya que el daño que uno u otro pueden hacer es muy diferente y aunque siempre hay que esforzarse en que el perro tenga un comportamiento correcto, las consecuencias de un cuidado negligente no son ni mucho menos igual de preocupantes.
Muy inteligentes
Se trata de una de las razas de perro más inteligentes, el Dóberman aprende fácilmente más de cuarenta órdenes distintas y es muy fácil de adiestrar ya que le encanta que le enseñen cosas, aunque debido a su porte no es el tipo de can que se recomiende a personas sin experiencia en el trato con perros. Necesita mucho ejercicio y es un perro que requiere de una socialización desde su época más temprana.
A pesar de su fama de fieros y ariscos, los que hemos tenido la ocasión de convivir con estos animales sabemos que son muy cariñosos y extremadamente leales. Son perros muy apegados a la familia y que son incluso capaces de convivir con otras mascotas si se les enseña desde pequeños que también son parte de la familia.