La época de reproducción de estos anfibios se produce entre los meses de abril y mayo. Las ranas son ovíparas, produciéndose la fecundación en el exterior. Para ello, la hembra deposita los huevos en la vegetación acuática y el macho los insemina.
Durante el proceso se simula una cópula, subiéndose el macho encima de la hembra mientras se realiza la puesta. Algunos estudios indican que una vez que ambos progenitores abandonan el lugar otro macho vuelve a inseminar la puesta, aumentando así el número de huevos fecundados.
Hay que tener en cuenta que los machos llamarán a las hembras con sus reclamos sonoros, por lo que puede ser un poco molesto. También debemos saber que los machos son muy territoriales y que deben disponer de espacio suficiente para que no sientan que deben pelear por ampliar su territorio.
Nacimiento de la larva
Tras pasar un par de semanas en el agua, los huevos de nuestras ranas eclosionarán, dejando salir a las pequeñas larvas que se han ido formando en su interior. Al principio quedan atrapadas en la substancia gelatinosa de su alrededor, pero se van abriendo camino hasta salir y adherirse al saco de la puesta mediante un disco chupador.
Durante sus primeros días se alimentarán a través de este disco de las reservas de comida de las yemas de los huevos. Las branquias son exteriores y les permite filtrar el agua para su oxigenación. Aún no tienen diferenciada la cabeza del resto del cuerpo, y hasta pasados unos días no tendrán la boca bien formada.
Transformación en renacuajo
Una vez que las larvas tienen la boca formada pueden empezar a comer alimentos más sólidos como algas microscópicas y pequeños restos vegetales. Y con este aporte de nuevos nutrientes comienzan a definirse estructuras como los orificios naseles y anales, el pico córneo y la boca, pasando al estado de renacuajo.
Los renacuajos presentan en su forma dos claras diferenciaciones: el cuerpo y la larga cola. Siguen respirando por las branquias, pero ya han pasado a situarse en el interior, por lo que no hay una diferenciación entre la cabeza y el tronco. Una vez que empiecen a crecerles las extremidades posteriores cambiarán su alimentación a una dieta más carnívora.
Y por fin la rana ve la luz
La transformación definitiva se produce cuando los pequeños renacuajos abandonan la respiración branquial y adoptan la respiración pulmonar. Este gran cambio se produce tras la aparición de las extremidades anteriores y la reducción progresiva de la cola hasta su desaparición.
A los renacuajos hay que proporcionarles comida especial, más nutritiva, que podremos encontrar en las tiendas especializadas. Una vez que hayan madurado a su fase de rana, podremos alimentarles igual que a los ejemplares adultos, aunque adecuando el tamaño de las presas a su propio tamaño.