Perder a tu mascota en Navidad podría ser lo más triste que te sucediera, pero lo cierto es que esta época del año es proclive a que ocurran este tipo de cosas. Estos son algunos de los riesgos que más a menudo se corren en Navidad con perros y gatos.
Riesgos de perder a tu mascota en Navidad cuando es un perro
Uno de los riesgos más grandes referentes a la pérdida de un perro se refiere a que se extravíe en el centro de una ciudad repleta de gente. Días señalados en los que todo el mundo sale de compras o hay acontecimientos como una cabalgata son los más arriesgados.
No es conveniente sacar al perro a pasear por estas zonas ya que el animal estará más nervioso de lo habitual y en caso de que se nos escape será mucho más complicado encontrarlo. El riesgo aumenta si lo pasea un niño, que puede despistarse fácilmente mirando escaparates o tantos estímulos como hay en las calles esos días.
Los petardos son otro riesgo. El perro puede asustarse durante su paseo diario a causa de un petardo y escapar corriendo. Por eso no conviene soltarlo en momentos en lo que se estima que podría haber demasiados ruidos.
Si es posible, es preferible sacarlos a jugar a zonas un poco alejadas de la ciudad para que tanto ellos como los humanos puedan descansar durante un rato del bullicio de las fiestas.
Riesgos de perder a tu mascota en Navidad cuando es un gato
El riesgo más fuerte que se corre con los gatos tiene que ver con los invitados. Los gatos tienen a escapar si se asustan, corren sin saber muy bien hacia dónde van y al final pueden acabar perdidos.
Si vas a tener gente en casa lo mejor es que los cierres en una habitación tranquila en la que no vaya a estar entrando ni saliendo gente. De otra manera es fácil caer en el riesgo de que al abrir la puerta y mientras se saluda y se recibe a la gente el gato acabe marchándose.
Otro riesgo viene por parte de ventanas abiertas sin control. Hay gatos acostumbrados a ellas que no tienen ningún problema al respecto, pero otros mininos parecen sentir una atracción irresistible por ventanas abiertas, tanto si son bajas y pueden salir corriendo como si son altas, pudiendo sufrir accidentes.