Si has decidido criar grillos para alimentar a tu reptil verás que no es muy difícil de conseguir. Son unos animales que requieren poco esfuerzo, aunque no por ello debemos descuidar su cuidado, pues de lo sanos que estén dependerá también que nuestro reptil disfrute de los aportes proteínicos suficientes.
En la primera parte que se publicó como este tema, dimos algunos consejos sobre cómo debería ser el alojamiento de nuestros grillos, la necesidad de que dispongan de escondrijos calentitos, de la conveniencia de separar a los adultos de las crías y de la alimentación que podemos suministrarles.
En este post haremos algunas consideraciones sobre la necesidad de hidratación y daremos algunos consejos sobre la etapa de cría. Este periodo es el más complejo de criar grillos, pues hay que controlar la puesta y la temperatura de los huevos, pero una vez realizada esta aventura por primera vez, comprobarás que no es tan complicado.
Hidratar sí o no
Sobre la necesidad de facilitar agua adicional a nuestros grillos hay distintas opiniones. Algunos expertos consideran que es suficiente con el agua que ingieren con las frutas y verduras, mientras otros aconsejan ofrecerles la posibilidad de que puedan beber agua si quieren.
Un método para proporcionarles agua sin que puedan ahogarse, es colocar un bebedero de pájaro con un algodón mojado en agua en la base para que puedan beber con seguridad.
Comienza la aventura de criar grillos
La proporción de machos y hembras ideal deberá de ser de 1/5. Es decir, 1 macho por cada 5 hembras. Cuando los machos están interesados en una hembra empiezan a frotar sus alas delanteras, o élitros, para atraer a la elegida. Con ese movimiento se genera el típico «cric» de los grillos, lo que puede resultar algo molesto.
Una vez que la hembra está preñada, buscará dónde poner los huevos. Para ello debemos distribuir por la zona diversos recipientes que contengan un sustrato que absorba la humedad donde la hembra pueda realizar la puesta. Se puede utilizar arena de gato, tierra para plantas o uno comprado en tiendas especializadas. Si acabas de realizar una compra de hembras adultas será muy posible que ya venga alguna preñada.
Cuidando los huevos
Una vez que se realice la puesta, hay que cuidar de retirar los recipientes cada dos o tres días, pues el resto de grillos, sobre todo las hembras, puede romper lo huevos. Esto es una ley natural que se da en muchísimos animales, ya que cada cual busca facilitar los recursos a su prole eliminando la competencia.
Mientras dura la incubación hay que rociar a los huevos con un poco de agua y mantenerlos a una temperatura de unos 30º. Si todo va bien, los huevos deben eclosionar alrededor de los 12 o 15 días desde la puesta. Los pequeños grillos comerán lo mismo que los padres, pero adaptado a su tamaño.