Hasta ahora hemos comentado qué leche darles y cómo dársela. En esta segunda parte sobre cómo criar gatitos recién nacidos, haremos un repaso por la importancia de mantener la temperatura corporal, cómo debemos animarlos a hacer sus necesidades y algunos trucos para suplir a su mamá a la hora de tranquilizarlos y ayudarlos a dormir.
Criar a una camada entera puede dar más trabajo a la hora de dar biberones y limpiarlos, pero realmente supone muchos más beneficios, ya que entre ellos se ayudan a darse calor, a calmarse con el ronroneo y a sentirse más protegidos y reconfortados al olfatear a sus hermanos. Para ayudarlos a suplir la tranquilizadora presencia de la madre se puede colocar debajo de las mantas y en una esquina un reloj-despertador, que con su tic-tac imitará el ritmo del corazón materno.
El gran desafío es criar únicamente a un solo gatito, ya que hay que procurar suplir muchas más carencias y estimularlo más para que se agarre a la vida con fuerza. También supondrá que no podrá aprender por imitación del resto de la camada, así que habremos de tener más paciencia y cuidado a la hora de enseñarle a usar la arena, de comer pienso y demás tareas de «mayor».
Mantenerlos calentitos, una necesidad imperiosa
Mantener al gatito con una temperatura adecuada es otro de los retos. Hay que tener en cuenta que los gatos, por norma, tienen un grado más de temperatura corporal que los humanos, por lo que el calor que le proporcionaría su madre es muy superior al que tenemos nosotros. Por eso es fundamental ayudarles a estar bien calentitos.
Lo ideal es que se mantenga a la camada unida, porque ellos se ayudarán a mantenerse calentitos formando un batiturrillo de patitas y barriguitas, y taparlos con una mantita o toalla. Si no puede ser, deberíamos ayudar a calentar el habitáculo con una mantita eléctrica o con una bolsa de agua caliente, cuidando de que la temperatura no sea demasiado y le ocasionemos un golpe de calor.
La hora de «ir al baño», un gran problema
Si decide hacerse cargo de criar gatitos debe saber que los pequeñinos necesitan ayuda para hacer bien la digestión y no saben hacer sus necesidades solos. Es la madre quien estimula con sus lametones las barriguitas para ayudar a la digestión y al tránsito intestinal. Además, les «indica» que han de hacer sus necesidades también a base de lamerles los genitales y el ano.
Para «imitar» el estímulo de la madre, lo mejor es hacerles un delicado masaje de tripita que les ayude tanto a la digestión como a eruptar. En cuanto al problema del hacer las necesidades, ayudarles a hacer pis es muy fácil, basta con frotarles despacito con una toallita húmeda o papel de baño suave por los genitales.
Sin embargo el mayor problema viene cuando hay que estimularles para defecar, porque es difícil imitar la lengua rasposa de la mamá gata y, al principio, suelen estar estreñidos y cuesta más «convencerlos de apretar». Hay varios trucos para conseguirlo, algunos son frotar suavemente con un guante de crin humedecido o con un bastoncillo. Lo que sí hay que tener en cuenta es que si no hacen caca en tres días lo mejor es llevarlo al veterinario para descartar una obstrucción intestinal.