Las queremos, las mimamos y en muchos casos las humanizamos hasta límites casi ridículos, al menos para quiénes no las tienen. Nuestras mascotas forman parte de nuestra vida y les atribuimos cualidades humanas y también debilidades propias de nuestra especie, aunque en algunos casos, el paso del tiempo y la influencia del hombre, las ha ido creando realmente en ellos.
Un ejemplo lo tenemos en los perros y sus jerséis. Es totalmente cierto que en la vida salvaje, jamás vamos a ver a un perro ataviado con ropa, pero tampoco íbamos a ver a algunas especies propias de climas cálidos, paseando por el centro de Londres en pleno mes de enero, por poner un ejemplo.
Que llueva, que llueva
Y del jersey a otros complementos hay tan solo un paso. ¿Te has fijado en el paraguas de la foto? Sí, es totalmente cómico, pero seguro que quién lo compra piensa que su perro estará mucho mejor si no se moja y no es necesario bañarlo al llegar a casa o secarlo a fondo para que no se restriegue contra cada sofá.
Teniendo en cuenta que hay zonas en las que si esperas a que escampe no vas a salir nunca, quizás este aparato pueda ahorrar mucho tiempo a sus dueños. Aunque no estamos muy seguros de cómo resistirá las ráfagas de viento.
Otro de los accesorios más graciosos que hemos visto en los últimos tiempos son los carritos para perros. Es cierto que muchos le decimos a nuestro perro o gato eso de “ven con mamá” o “ven con papá” en un gesto de cariño que a los que no tienen animales les hace mucha gracia. Pero de ahí a pasearlos en un carrito… ¿cuánto hay? Cada uno decide.
Complementos deportivos
Y hay quién los saca a pasear en carrito y hay quién se preocupa de que hagan el debido ejercicio, por ejemplo colgando de su collar un precioso podómetro en forma de hueso. De este modo, cuándo salgamos de paseo, veremos si el can ha quemado o no las calorías suficientes y si es hora de volver a casa o hay que dar una vuelta más a la manzana.
En algunas páginas de mascotas, ofrecen graciosas orejeras para perros y gatos, de modo que el invierno no sea tan crudo para ellos. Pueden resultar divertidos, pero ¿cómo se sentirá el animal con algo puesto que esté limitando uno de sus sentidos más importantes? Realmente, no deberíamos de pasarnos.