Para algunos, un animal que da repelús más que buen rollo. Para otros, una especie de roedor escurridizo. Para otros todavía, un gran desconocido. Las características y cuidados de los hurones son unos de los grandes desconocidos del amplio mundo de las mascotas, a pesar de haber conocido una moda pasajera hace unos pocos años. Pero no os preocupéis, para eso estamos aquí…
Y el caso es que deberían ser viejos amigos de los de toda la vida, porque el Mustela putorius furo (su nombre elegante, aunque nadie lo diría) fue domesticado por lo menos hace 3.500 años, como los gatos más o menos. Y servían más o menos para lo mismo, librar las casas de las invasiones de ratones, otros pequeños mamíferos e insectos. También han sido muy valorados como cazadores de conejos.
Lo hurones tienen fama de agresivos, hiperactivos y juguetones; y sin embargo duermen 14-18 horas diarias, son excelentes compañeros para los niños y su curiosidad supera su instinto, por lo que sufren muchos accidentes caseros. Presentan una variada gama de colores y, como buenos mustélidos, unas glándulas anales que NO son responsables de su característico olor, por lo que no se recomienda la bárbara práctica de extirpárselas.
Los hurones tienen características y cuidados peculiares
Son más bien particulares respecto a su alimentación, obligadamente muy cárnica, por lo que debe ser, si la compramos industrial, específica o de las mejores calidades para gatos. Les encantan los dulces, pero le resultan muy perjudiciales. La madriguera donde reposar debe estar en completa oscuridad y en zona traquila para permitir un buen descanso, y puede compartirla con sus congéneres (es más, es positivo para estos sociables animalillos).
Se recomienda dedicar un buen rato a jugar con ellos. Les encanta explorar y los jardines son espacios privilegiados para ellos, pero su excesivo aventurerismo les meterá constantemente en problemas mortales, por lo que deben tener una jaula o espacio cerrado. Ah, y se les puede enseñar a hacer sus necesidades en cajas de arena, como a los gatos, aunque no es fácil, por lo que dicen.
Médicamente se parecen más a los perros que a los gatos. Deben vacunarse de moquillo y rabia, recortárseles las uñas y cepillarles. En cuanto a las enfermedades propias, destacan la hiperplasia adrenal, el insulinoma, la enteritis catarral epizoótica o la enfermedad aleutiana, ninguna agradable y todas peligrosas. Así, aunque es un animal que requiere más cuidados que gatos y perros en general, es una excelente mascota, inteligente y con personalidad.