Tal como ocurre con las personas, los animales también pueden mostrar ciertas singularidades, como el albinismo. ¿Tiene esto algunas consecuencias para la salud? ¿Qué cuidados extras necesitas darle a tu perro o gato albinos?
Cualquier ser vivo puede nacer con albinismo, es decir, con falta de pigmentación causada por mutaciones genéticas. No hay que confundir el albinismo con que un animal sea de pelo blanco. Mientras que en el primer caso la mascota tiene otras características, como la piel rosada, el interior de las orejas y las almohadillas también rosadas y posibilidad de ojos muy claros o incluso rojos, un animal de pelo blanco será un animal totalmente normal, solo que con esta característica de pelaje.
¿Qué cuidados especiales necesita un animal albino?
El principal problema de una mascota albina viene de parte del sol, ya que su piel, al carecer de melanina, es especialmente sensible a los rayos solares. Por eso, se pueden quemar con facilidad e incluso desarrollar problemas de piel muy graves como el cáncer.
Aunque se recomienda proteger del sol a todos aquellos perros o gatos con hocicos blancos, en estos casos la protección será mayor. Hocicos y orejas son las zonas más sensibles, pero en algunos casos habrá que utilizar protector solar especial por todo el cuerpo.
También es frecuente que estos animales puedan tener problemas de vista, debido a que el iris del ojo tampoco tiene la debida pigmentación. A menudo, se observan otras particularidades como estrabismo o fotofobia. Por este motivo, debe de evitarse someterlos a iluminaciones muy intensas, lo que podría estresarlos mucho.
Existen también numerosos estudios que asocian el albinismo con la sordera, sobre todo en el caso de los gatos en los que se ha demostrado que un algo número de felinos albinos, que no blancos, son sordos.
En otros mamíferos se han asociado al albinismo problemas renales y hepáticos y aunque es algo que todavía no está demostrado, no está de más tenerlo en cuenta para sus revisiones.
El comportamiento del animal albino
La relación entre comportamiento y albinismo se ha estudiado principalmente en los perros y se ha observado que los ejemplares albinos son mucho menos sociables, más miedosos y desconfiados.
Esto no es debido al color de su pelo y de su piel, sino más bien a sus problemas asociados, ya que un gato con problemas de sordera o de ceguera puede tener reacciones exageradas o que nos resulten impredecibles.