Gatos: una presentación singular (I)

A diferencia de lo que mucha gente cree, los gatos son animales sociales que pueden vivir perfectamente en grupos. La famosa independencia de los felinos no significa que no puedan o no les guste vivir en compañía, sino que no se organizan en jerarquía como los perros, sino en condición de igualdad.

Es decir, ningún gato será el jefe de otro, pero sí se creará una relación de afectividad entre ellos dependiendo de las experiencias que tengan. Por eso es muy importante que la incorporación de un nuevo miembro a un hogar donde ya habitan otros gatos se haga de forma especial y paulatina, respetando espacios y olores.

Gatos durmiendo abrazados

La suelta inmediata de otro gato por la casa creará estrés, caos, miedo, bufidos y, posiblemente, una buena pelea. Esto no significa que tu gato no pueda vivir con otros, sino que has realizado una mala presentación y le has dado un susto enorme. Si has hecho esto, todavía se pueden aceptar, pero tendrás que tener más paciencia y volver a empezar.

Acostumbrándose a la nueva presencia

El mejor plan consiste en disponer una habitación donde va a vivir el nuevo inquilino durante un tiempo. La puerta de acceso no debe tener visibilidad, o en todo caso, con cristales opacos. Esto se hace para que se vayan habituando al olor del otro sin que puedan ver ninguna de las señales de miedo del otro y pueda desencadenar una pelea.

Hay que tener en cuenta que cuando los gatos ven señales de peligro en otro gato, las copian, por lo que se produce una escalada de señales de nerviosismo que, al no conocerse, será más fácil que desemboque en un enfrentamiento. Por eso es muy importante que se vayan acostumbrando a la presencia del otro con calma.

Compartiendo olores para conocerse

El segundo paso sería intercambiar las mantas o las cunas para que se puedan oler mejor. Esto se puede hacer a partir de los cuatro o cinco días. La reacción habitual será de curiosidad por el nuevo olor y de restregarse por él para dejar impregnado el propio olor y dar a entender que está ahí viviendo.

Y a partir de la semana se puede dejar que el nuevo gato se pasee por alguna zona común, siempre que hayamos pasado a nuestro gato a otro lugar de la casa para evitar que se vean. Ahora lo que estamos haciendo es ir mezclando olores por la casa para que no lo encuentren extraño cuando se junten.