El varano, un verdadero dragón

El varano, un verdadero dragón

El varano es el lagarto más grande que existe, vive en zonas desérticas y se considera de los más antiguos del planeta. Entre estos reptiles se encuentra el magnífico dragón de Komodo. Con una media de entre 2 a 3 metros de longitud y sus 70 kilos es el más grande de todos estos saurios y debido a los pocos ejemplares que quedan está considerado especie protegida.

No todos los varanos pueden tenerse como mascota, los más habituales son los de la sabana y los de cola espinosa. También es cierto que no es muy habitual tener como mascota un varano, pero cada vez hay más personas interesadas por cuidar en su hogar de un animal exótico. Los reptiles han sufrido un fuerte empuje como animales caseros.

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varano cola espinosa

Decidir tener un varano es algo que hay que meditar. Son animales que miden más de metro y medio de longitud y tienen un gran apetito. Debemos estar preparados para atenderlos debidamente y ofrecerles el espacio necesario y los cuidados que precisan. Además, hay que tener en cuenta que son animales muy fuertes y que nos atacarán si se sienten amenazados.

Un apetito voraz

Lo mejor es adquirir un varano nacido en cautividad. Por un lado ayudaremos a que no se les capture en su hábitat y por otro a que esté acostumbrado al trato con humanos y sea más fácil que se acostumbre a nuestra presencia. Un varano capturado se comportará con mucha agresividad y resultará difícil su manejo.

Los varanos comen insectos, invertebrados y pequeños mamíferos. Cuando son jóvenes con una dieta de grillos, saltamontes y cucarachas bastará, pero según vayan creciendo hay que introducir en su alimentación pequeños roedores e invertebrados de todo tipo. Tienen un gran apetito que disminuye algo cuando la estación es más seca.

Su lugar ideal

El lugar que le acondicionemos deberá tener grandes dimensiones para que pueda moverse por él sin sentirse aprisionado. Al varano de cola espinosa le encanta hacer madrigueras, por lo que habrá que disponer el suelo con un grueso manto de arena o de sustrato consistente de no menos de 40 centímetros de profundidad. También será preciso colocar alguna piedra donde pueda subirse y una gran rama por la que pueda trepar, pues les encanta.

Aparte de estos elementos, podemos colocar otros que consideremos que les van a servir de refugio, aunque también hay que pensar en que nos sea fácil de mantener limpio. Necesitan disponer de luz ultravioleta para absorberla por la piel y hay que mantener una temperatura diurna de 28º y entre 24º y 28º por la noche.