Cómo cuidar una rana sin tener que besarla

Cómo cuidar una rana sin tener que besarla

Si estás pensando en tener una rana con la idea de que algún día se convierta en un príncipe azul tras darle un beso, tienes un problema, pues a las ranas no les gusta el contacto humano. Nuestro calor corporal es mayor que el suyo y cuando las tocamos se sienten incómodas e intentan huir de nosotros.

Las ranas son unas mascotas solo para observación, no para interactuar con ellas. Así que debemos instalarlas lo más cómodamente posible para que se muevan a sus anchas por su nuevo hábitat y podamos disfrutar contemplando cómo se comporta.

Rana azul

Como buenos anfibios que son necesitan un acuaterrario en el que dispondrá de un espacio acuático y otro seco para cuando quiera salir del agua. En la zona acuática, también tendrá que haber plantas para que las ranas puedan esconderse entre ellas mientras disfrutan del agua o subirse a ellas.

Recordatorio básico

Construir un buen hábitat para nuestras ranas es bastante complejo, pues necesitaremos un verdadero jardín vegetal que crezca y se mantenga verde. También tendremos que instalar un sistema de calefacción y de iluminación, tal y como hemos comentado en otro post.

Otra cuestión a tener en cuenta, y que también hemos comentado con anterioridad, es la responsabilidad de no dejar que una especie exótica se quede en libertad en un hábitat natural que no es suyo. Por eso debemos extremar las precauciones cuando manejemos a nuestras ranas durante su limpieza, pues podemos provocar un problema medioambiental.

Proporcionarles caza para comer

Las ranas deben cazar sus propios alimentos para comer. Atrapan a su presa con la lengua, que está recubierta de una sustancia pegajosa en la que se queda adherida su víctima. Un animal que no se mueva no les producirá interés y no intentarán comerlo, por eso hay que proporcionales insectos y pequeños invertebrados que puedan cazar.

Lo más cómodo, tanto por la facilidad en encontrarlo en los establecimientos dedicados a animales, como por su gran aporte nutricional es la artemia salina. Este organismo vive en el agua salina y es un alimento habitual para peces y anfibios. También podemos alimentarlas con grillos y saltamontes pequeños, moscas del vinagre o domésticas, larvas de mosquito o lo propios mosquitos.

Como todo animal acuático que come o defeca en el agua, hay que cuidar la limpieza del recipiente de agua con mayor asiduidad que la parte seca. Una limpieza inadecuada provocará mal olor y la proliferación de bacterias en el agua que terminarán afectando a la salud de nuestras ranas y de las plantas del acuaterrario.