Apadrina un burro de mascota

Apadrina un burro de mascota

Algunos animales de granja han ido cambiando su papel en nuestro mundo y han pasado a considerarse mascotas. Los patos, los caballos, los cerditos o los pollos son alguno de esos ejemplos. Pero con los burros tardó mucho tiempo en darse ese cambio pues su carácter cabezón y su aspecto poco agraciado hizo que muy pocos se fijaran en él.

Con la industrialización del campo, poco a poco el burro fue dejando de ser útil y muchos propietarios se deshicieron de ellos, la mayoría murieron o fueron abandonados, llevando al burro a ser un animal en peligro de extinción en la actualidad.

Burros

Afortunadamente, algunos proyectos desinteresados han conseguido crear refugios o santuarios para este equino menudo, al que el gran Juan Ramón Jiménez le dedicó un emotivo libro. Tal vez el caldo de cultivo de las personas que hoy por hoy luchan por que el burro sobreviva se deba a haber leído este libro en nuestra niñez y haber soñado con esos paseos en burro que podíamos hacer en algunas ferias.

Cuerpo pequeño, corazón grande

Si alguna vez has tenido la suerte de poder estar con un burro, de verlo querido y cuidado, habrás constatado que bajo ese manto de pocas luces, cabezonería y tozudez, que nos han transmitido a través de los dibujos animados, existe un corazón de oro que premia con su cariño a su cuidador. Son leales, cariñosos y con mucho amor que regalar.

En la Península Ibérica existen tres razas principales de burros: el catalán, el zamorano o leonés y el cordobés o andaluz. En la actualidad el cálculo aproximado de burros en España se estima en menos de 75.000 ejemplares. Aunque parezca una gran cantidad, es muy poca en comparación con la que había hace 40 años, por eso se ha puesto en marcha los proyectos de apadrinamiento de estos preciosos animales.

Nuevas utilidades para el burro

Aparte de los santuarios que se han creado para ellos, también se pueden encontrar en granjas terapeúticas o campamentos para niños. Desde hace poco se ha empezado a incorporar a estos animales bonachones y pacientes en terapias con niños o personas enfermas para ayudarles a mejorar.

También se están utilizando en rutas por el campo ofrecidas por casa rurales. Estos paseos están teniendo mucho éxito ya que la menor altura del burro en comparación con el caballo provoca menos miedo en las personas que los montan. A esto le ayuda el que sean más baratos de mantener que a los caballos.