Antes de tener una serpiente… cuestiones a considerar

Antes de tener una serpiente… cuestiones a considerar

Las serpientes son los reptiles que más sentimiento encontrados provocan. Su analogía con el mal planea sobre ellas desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, quien ha tenido el privilegio de observarlas de tú a tú ha podido comprobar que la fascinación que ejercen va más allá de mitos y leyendas, son una fuerza de la naturaleza muy peculiar y atrayente.

Conocer su hábitat, cómo debemos cuidarla, qué alimentos ingiere, las enfermedades que puede sufrir y cómo detectarlas, serán algunas de las cuestiones fundamentales que hay que saber antes de decidir si estamos hechos para cuidar una serpiente. El mayor problema suele darse a la hora de alimentarlas, pues su alimentación es muy especial.

Pitón reticulada

Hay miles de especies distintas entre las serpientes, el primer paso para escoger la serpiente que deseamos es decidir si queremos una serpiente venenosa o una no venenosa. La recomendación más usual es que sea una serpiente no venenosa si es un novato o si tiene niños, así evitaremos los accidentes graves causados por un mordisco.

Disponer su espacio propio

Disponer del espacio suficiente para ubicar el terrario de nuestra serpiente es muy importante. Las serpientes pueden alcanzar fácilmente el metro y medio de longitud, por lo que debemos tener en cuenta que necesitarán un gran espacio para no sentirse incómodas. Además, el terrario deberá ser de cristal, para que nuestro reptil pueda ver desde cualquier punto y no verse atrapado.

En el terrario dispondremos de un lecho de musgo, hojarasca o gravilla fina, que mantendremos seco, y un bebedero con agua fresca, en el que pueda caber la serpiente enrollada sin derramar el agua. Las serpientes defecan en el agua, por lo que habrá que cambiarlo todos los días. Además, es preciso realizar una desinfección mensual de todo el terrario.

Como las serpientes son animales de sangre fría hay que proporcionarles una forma de mantenerse calentitas. Puede ser a través de una piedra de calor o una manta térmica. Según sea el hábitat natural de nuestra serpiente tendremos que acondicionar el terrario con ramas, escondites y demás accesorios. Una cosa que no debemos olvidar es comprobar que el terrario no dispone de ninguna trampilla que se abra fácilmente, ni agujero por el que nuestra serpiente pueda salir a pasear sin nuestro permiso.

 

Cuidado con morder la mano que te alimenta

La alimentación es el gran punto de inflexión a tener en cuenta. Dependiendo del tipo de serpiente, estos reptiles se alimentan de grillos, lombrices, ranas, peces, ratones y hasta huevos. Las presas se les puede dar vivas, recién muertas o congeladas. En este último caso se deberá descongelar previamente a temperatura ambiente o sumergiéndolas en agua templada, nunca en microondas. No todas las serpientes aceptarán presas que no estén vivas, pero la mayoría sí. Lo que más costará es que acepten la comida congelada, pero se puede lograr.

Nunca hay que olvidar que una serpiente, por muy domesticada que esté o se haya criado en cautividad, responderá atacando si se siente agredida. También hay que saber que no se debe acercar las manos cuando se está alimentando, pues puede confundir nuestra mano con una presa y morderla.